El solsticio de verano: armonizar con los ciclos naturales

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Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos como todos los seres vivos, han vivido de acuerdo a los designios de la naturaleza. La existencia humana ha estado condicionada, ya sea por los procesos cíclicos naturales, como por las alteraciones climáticas y los desastres naturales. En especial, la sucesión de las estaciones climáticas.

Incluso en estos tiempos de dominio tecnológico, la salud, la estabilidad y el devenir de la cotidianidad dependen muchas veces de si hace frío, hace calor, llueve, nieva o si alguna tempestad irrumpe los planes previstos. Del mismo modo, es casi imposible ignorar los estragos que causa el daño medioambiental y las tremendas afectaciones a la salud humana como consecuencia del mismo. Todo ello nos demuestra que indudablemente, la salud está muy vinculada a los ciclos de la Naturaleza.

El verano

Como cada año, el verano comienza con el solsticio de verano del 21 de Junio. La fiesta del calor, la energía del fuego, las ganas de salir y vivir con intensidad se han activado súbitamente. Este fenómeno astronómico nos anuncia la llegada de los meses cálidos para el hemisferio norte, y con ello señala el día más largo del año. Según indica el término que lo nombra, “solstitium” significa: “el sol se detiene”. Por ello ha sido celebrado por nuestros ancestros de todas las civilizaciones cargado de simbolismo y misticismo con fiestas y rituales dedicadas a las cosechas, a la prosperidad de la riqueza y a la fertilidad. En este escenario ardiente, es el astro rey, el protagonista absoluto de las festividades. Incluso varios monumentos han sido erigidos para rememorar y respetar esta fecha, que con la llegada de la modernidad y la era smart-gadgets, se ha ido opacando.

Así mismo el ambiente veraniego, las subidas de temperatura y el crecimiento del elemento fuego en el sentir de las personas, implica un cambio de actitud y de comportamiento respecto a los meses anteriores del año. Tanto la Naturopatía como la Medicina Tradicional China y otras medicinas tradicionales explican cómo estimular y cuidar de la salud física y mental ante los cambios estacionales. Cada estación climática está regida por un elemento y está asociada a unos órganos específicos o a alguna función dentro del organismo.

El verano se relaciona con el elemento fuego, con el corazón, el intestino delgado, el gran calentador y el pericardio. Por tanto las funciones vinculadas son el calentamiento y la circulación. Las personas sanas y armónicas experimentan mucha vitalidad y el deseo de exteriorizar sus experiencias, compartir y llevar ideas a la acción. Sin embargo otras no tan balanceadas pueden sufrir cambios emocionales drásticos que van de la euforia a la melancolía. Si se observan los cultivos y las plantas, se notará que es también el momento del desarrollo y la maduración de los organismos vivos. Entonces significa que se recogerá lo que se ha sembrado durante el año.

Para disfrutar de este momento tan preciado, será aconsejable moderar los impulsos. Dado que aumentan las horas de luz solar, es aconsejable evitar el exceso de ejercicio físico en las horas de máximas temperaturas. Es muy importante mantenerse siempre hidratado, bebiendo agua durante el día. En este período del año las noches se acortan, por tanto se ha de vigilar las horas de sueño y procurar un buen momento para el descanso. Durante todo el verano es cuando acumulamos calor y energía para rendir y transitar hacia el invierno.

Quizás el punto más importante a tener en cuenta sea la alimentación. Resulta inevitable sucumbir a la tentación de probar todo lo nuevo y diferente que se nos presenta ante los sentidos. Los excesos también son una tendencia propia del verano que luego trae consecuencias durante el resto del año. Cada estímulo que generamos en el estómago provoca una reacción de jugos que activa todo el sistema digestivo.

Cuidarse de las comidas a deshora, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y la sobresaturación de azúcar en postres, helados y chuches. Siempre habrá opciones más saludables para alimentarse apropiadamente durante el verano. Elige la fruta y la ensalada fresca, los platos sencillos y menos condimentados. Llénate de energía con batidos o smoothies de frutas y verduras, dejando atrás esos platos copiosos que te adormecen y agotan. Equilibra tu dieta con los alimentos de la temporada, siempre te proveerán de los nutrientes necesarios para el momento presente.

hidrátate en verano

En fin, junio es un mes de calidez y belleza, de diversión y alegría para disfrutar. No olvides deleitarte con esta energía revitalizadora que hace del verano una fiesta.

… Y si sois de los que os gusta contemplar las estrellas, no os perdáis las Perseidas, la lluvia de meteoros que regala la naturaleza.

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