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Para muestra un botón, agosto 2018.
La viagra empleada en el tratamiento de la disfunción eréctil causó, no hace mucho, la muerte de once bebes al suministrarsela a sus mamás para mejorar el espacio circulatorio del útero. Ver noticia: https://www.abc.es/sociedad/abci-once-bebes-holandeses-mueren-despues-madres-tomaran-viagra-ensayo-clinico-201807242012_noticia.html
En el experimento donde se utilizó viagra, para otra indicación que no era la original, surgen un montón de preguntas, por ejemplo: ¿son éticas las probaturas?, ¿cómo se evalúan los posibles riesgos de probar una droga? Y, una vez producido el daño irreparable, ¿qué nombre recibe el desastre? La evidencia nos llama a la cordura, a la restricción en el uso de las drogas y a disparar una alerta justificada.
Arsénico en el agua en Girona. Higiene obra de Higea nos dice, desde antiguo, que lo mejor es prevenir y no llegar a la enfermedad. Entonces, cómo puede ser que una población como la de Girona, en pleno siglo XXI, esté más de un mes bajo la espada de Damocles en el tema del agua.
Sabemos por una noticia aparecida el día 13 de agosto de 2018 en la prensa (https://www.lavanguardia.com/local/girona/20180812/451267279895/arsenico-agua-grifo-cervia-de-ter.html) que el agua “potable” de Girona contenía dosis inadmisibles de arsénico; el veneno que mató a mucha gente en el pasado. ¿Dónde está el departamento de sanitat o salud en este tema de la salud pública?, ¿cómo se posiciona ante esta situación?, ¿cómo se permite que esto continúe por tanto tiempo en una población en crecimiento? En este caso, a sabiendas de que el agua corriente es un potencial agente de enfermedad para los habitantes de Cervià de Ter (Girona). ¿Quién asume responsabilidades?