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Ya hace unas semanas llegó el otoño y con él, el cambio de estación: la caída de las hojas, algo más de lluvias, las gamas de marrones que con su variedad tiñen los bosques y, sin lugar a dudas, la recogida de las setas. No hablaré de tópicos sino que quiero quedarme con esta última imagen: las setas, la parte visible del Reino de los Hongos.
Según algunos autores los seres vivos se clasifican en cinco Reinos, a pesar de ello existen expertos que hablan de seis, e incluso siete Reinos; sin embargo, no vamos a hacer una clase de Biología y, por tanto, nos quedaremos con lo establecido en los años 80 que clasificaba a los organismos vivos en cinco Reinos: Moneras, Protistas, Plantas, Animales y Hongos. Este último Reino presenta características propias, características vegetales y características animales. Esta particularidad es lo que hace de los hongos un ser vivo tan excepcional, conocido y desconocido a la vez, al mismo tiempo que un “cooperante” perfecto para el ser humano. Una de las personas más expertas en el estudio de los hongos y sus beneficios en pro del ecologismo y la resolución de problemas, como la infestación de determinados insectos (las termitas) o la pandemia del plástico en los mares es Paul Stamets. Sus descubrimientos y aplicaciones de cómo utilizar los hongos a favor de una mejora en la calidad de nuestro ecosistema resultan difíciles de imaginar, abriendo una pequeña posibilidad de que un mundo mejor tal vez sea posible.
Pero, ¿las únicas posibilidades del uso a favor de los seres humanos, uno de los integrantes del Reino animal más evolucionado en algunos aspectos y tan involucionado en otros, tan sólo se refiere a nuestro entorno? No, desde luego que no; pues es remarcable el consumo de las setas en la tradición culinaria o como alucinógeno y, además, existen escritos asiáticos sobe sus propiedades medicinales datados en 100 a. de C., en los que se describen especialmente las virtudes de hongos como el Reishii o el Shiitake.
Es aquí donde quiero detenerme, ¿qué hace a los hongos tan interesantes para el consumo humano, no tan solo en la gastronomía?
Los principios activos de los hongos con efectos terapéuticos están estudiados en alrededor de unas más de 250 especies y sus compuestos con actividad biológica son, entre los más destacables, las enzimas, los elementos resultantes del metabolismo secundario y los polisacáridos, conocidos como, Beta-D- Glucanos. Cada uno de estos componentes tienen diferentes indicaciones y propiedades: reducción del estrés oxidativo, acciones contra las bacterias, quelantes de metales pesados, aportación de vitaminas y minerales…pero de todos ellos destacan los polisacáridos (Beta-D-Glucanos) que tienen una acción inmunomoduladora con capacidad de actuar sobre la inmunidad innata y la inmunidad adquirida, e incluso ayudan a nuestro organismo a adaptarse a diferentes condiciones, por lo que se puede afirmar de un efecto adaptógeno de los hongos.
Estas propiedades de los hongos vienen determinadas por el “dialogo forestal” a los que se someten los árboles y los hongos. En cada metro cuadrado del suelo del bosque existe una vasta red de vida interconectada en la que, especialmente árboles y hongos, se conectan como de si un solo organismo se tratase. Todas las propiedades que los árboles pueden contener y todas las que los hongos contienen se aúnan y establecen una simbiosis (micorriza) que permite comunicarse entre ellos, compartir recursos y, en el caso de los hongos, adquirir cualidades extras en beneficio del bienestar humano y la prevención de la salud.
Consumir setas no es una acción inocente para nuestra fisiología y su adecuado funcionamiento. Nuestro sistema inmune, tan complejo y tan perfecto a la vez, y asimismo, otros sistemas como el hormonal o el digestivo, se pueden ver absolutamente favorecido por la inclusión en nuestra dieta de las setas, siempre de origen ecológico y responsable. Y tener en cuenta que podemos recurrir al uso de algún complemento alimenticio que contenga hongos de origen ecológico, en el caso de que nuestro organismo tenga alguna necesidad especial.
Texto: Montse Vidal. Osteópata y terapeuta naturista experta en Suplementación Nutricional