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“Cuidar aquello que aún no está enfermo es una buena decisión…”. Soullé de Morant
Hace miles de años que se practica la Reflexología (en Occidente data del siglo XVI, en Europa en 1915 y España posterior a 1970,..). En sociedades antiguas desde la japonesa a la egipcia, se usaban formas de masaje en los pies para sanar. Los indios americanos llevan usando métodos similares durante siglos.
A principios de siglo XX el Dr. William Fitzgerald (otorrinolaringólogo), describió la “Terapia zonal”, ayudado por Eunice Ingham, quien identificó y trazó el mapa de las zonas reflejas; Doreen Bayly (una de sus estudiantes), introdujo la reflexología en el Reino Unido en 1960, donde se extendió por Europa.
La Reflexología se basa en la correspondencia de cierto órgano o zona con puntos reflejos unidos por líneas imaginarias o invisibles, ejerciendo presión controlada sobre los pies y las manos para tratar dolencias, y promover el bienestar y salud óptima física, mental y emocional.
Todo lo que pase en una zona, involucra el recorrido de arriba abajo y del centro a la periferia del cuerpo. Estamos hablando de reflejos.
Un reflejo podría definirse como la respuesta rápida de estructuras biológicas a un estímulo determinado, específico y localizado con precisión, fuera del control de la voluntad. Se trata de una alteración, en principio, intangible, donde los desequilibrios de la energía aún no han producido alteraciones físicas.
“El Arte de Prevenir” es esencialmente prever más que tratar la enfermedad, armonizando el Qi (energía), y eliminando los bloqueos y estancamientos en los canales y órganos.
El efecto buscado por la Reflexología es el de regular la energía del cuerpo y dirigir el flujo hacia una parte relacionada del mismo. Esta energía circulante se relaciona con el sistema nervioso, el hormonal, el linfático y circulatorio y/o vascular, etc., llegando a cada célula del cuerpo mediante la respiración y el movimiento.
Cuando el Qi está en armonía, se posee salud y bienestar.
La alarma del cuerpo: el dolor.
En las sociedades antiguas, la persona afectada por alguna dolencia trataba de aliviarlas a través de presiones, estiramientos, alimentación, respiración, movimientos, etc.… Ahora, ante una situación de dolor lo primero consultar al médico y después, según criterio y diagnóstico médico, acudir a la reflexoterapia podal puede ser una buena opción.
Albert Monreal
Terapeuta Naturista y Manual. Homeópata. Acupuntor. Profesor de Reflexología.