Con la llegada del verano, también llega el ansia de viajar, ir a la playa, hacer excursiones al campo o a la montaña, ir con las amistades, o simplemente hacer la siesta con total relajación en la terraza. El ritmo de vida cambia y los estímulos para disfrutarla también. Puede que haya un ligero desorden complaciente en la rutina diaria y, por tanto, en la forma de cuidarte que intentas mantener durante todo el año.