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Según datos del último informe publicado por Change Pain, el 51,53% de los afectados son mujeres.
El 17.25% de la población adulta de nuestro país sufre dolor. El 51.53% son mujeres. El dolor de espalda (lumbar) supone el 60.53% de los afectados y el cervical el 28.62%.
Tanto el dolor lumbar como cervical redundan negativamente en el sueño de la persona, producen ansiedad y puede desarrollar una depresión. Cuando el dolor es más persistente se siente hormigueo, adormecimiento de algunas partes del cuerpo (dedos) y, en ocasiones, náuseas y mareos. Y aunque parezcan síntomas banales, siempre es necesario la valoración médica para llegar a un diagnóstico correcto.
Los malos hábitos posturales son las principales causas, aunque no deben ignorarse los movimientos bruscos e incontrolados y los traumatismos. También, el dolor puede ser provocado por un estado ansioso donde habría que minimizar los factores de estrés.
El abordaje del dolor con técnicas manuales, osteopáticas, movilizaciones, masajes y terapias naturales locales, como calor o darse una ducha, favorecen la relajación y mejoran la movilidad.
Para prevenir el dolor y las molestias satélite de las afecciones cervicales y lumbares, hay que realizar pequeños cambios que nos ayuden a adquirir buenos hábitos posturales. Como ejemplo:
- Elegir un calzado adecuado a la anchura del pie y sin apenas tacón.
- Evitar más de una hora continuada frente al ordenador, alternar con pequeños paseos.
- Elegir sillas de respaldo alto y recto, manteniendo la espalda erguida y alineada, apoyando la columna contra el respaldo.
- Para recoger objetos del suelo, no doblar la espalda y sí flexionar las rodillas.
- Evitar estar de pie parado, pues sobrecargamos la columna.
- Las sillas, sofás, camas, sillones… han de evitarse si son blandos, pues perjudican la salud de la columna.
- Y un largo etcétera más que tu terapeuta manual puede ayudarte a incorporar a tu vida cotidiana.