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Debido a la gran demanda de aceite de palma, la expansión de las monoplantaciones se está llevando por delante los bosques y las selvas tropicales causando un desastre ecológico y humanitario en muchos lugares del planeta.
A veces con nuestra mejor voluntad, pero por el desconocimiento y la no lectura de las etiquetas de los productos manufacturados, somos partícipes de uno de los crímenes más grandes de los últimos años contra la Naturaleza y los seres vivos que en ella habitamos.
El gran negocio del aceite de palma (Elais guineensis)
A partir de los dátiles de la palma africana se obtiene el aceite de palma. En los últimos años, gracias a su bajo coste, se ha convertido en la materia prima más usada en:
- Industria alimentaria (convencional y ecológica): helados, margarinas, aceites líquidos, precocinados, bollería, confitería, piensos…
- Industria cosmética y de detergentes (convencional y ecológica): jabones, cremas, lociones, champús, higiene del hogar…
- Biocombustible: Se obtiene a partir de un proceso de esterificación de los trigicleridos de ese aceite y suele utilizarse en motores diésel.
Debido a la gran demanda de aceite de palma, la expansión de las monoplantaciones se está llevando por delante los bosques y las selvas tropicales causando un desastre ecológico y humanitario en muchos lugares del planeta.
Una de las zonas más castigadas son países asiáticos: Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guinea. Ahí están desplazando a las poblaciones indígenas, los orangutanes y cientos de especies vegetales y otros animales que son quemados de manera sistemática para conseguir plantaciones aceiteras donde antes había selva.
Una de las especies más afectadas son los orangutanes de Borneo y Sumatra que se acercan peligrosamente a la extinción al depender de los bosques tropicales para subsistir. En los últimos 20 años, los orangutanes han visto destruido más del 90% de su hábitat. Y lo más grave es que en el proceso de deforestación son maltratados, asesinados, quemados vivos, explotados o vendidos en el mercado negro para terminar en zoos, parques turísticos, colecciones privadas o sencillamente como animales de compañía.
Durante décadas, el sureste asiático fue el territorio favorito de los productores de dicho aceite. Sin embargo, en los últimos años, a medida que la tierra se ha ido agotando en esa región, han puesto los ojos en el continente africano. No tienen límites.
En 2004, se creó la Mesa redonda sobre aceite de palma sostenible (RSPO) cuyos miembros son productores, procesadores, distribuidores, comerciantes, consumidores y ONGs que trabajan en los campos del medioambiente. Este organismo certifica que el aceite de palma es sostenible, aunque no garantiza que el cultivo de las palmeras de aceite esté libre de desforestación.
Reflexión para los consumidores de productos veganos
En los últimos años el gran auge que ha tenido la alimentación vegana, ha favorecido la introducción del aceite de palma en los productos que consumimos vegetarianos y veganos. Es importante que los consumidores de este tipo de productos tomemos conciencia de esta realidad porque no todo lo que se vende como vegano, bio o ecológico, es respetuoso con los animales y el medio ambiente.
Las estanterías de las tiendas bio o veganas contienen productos elaborados con grasas trans, en su mayoría, procedentes del aceite de palma que, además, de ser perjudiciales para la salud, favorecen esas políticas nada animalistas de algunas marcas comerciales.
Los consumidores de este tipo de alimentación, en nuestro ánimo de no atentar contra la vida animal ni favorecer su explotación, hemos de hacer un consumo responsable y coherente descartando cualquier alimento que contenga aceite de palma y derivados.
Pon tu grano de arena para eliminar el consumo de palma
- Lee las etiquetas y descarta los productos que contengan palabras como “Palm” o parecidos: Palmate, Palmitate, Palmitic, Palmityl…
- La mayoría de productos asiáticos contienen en sus grasas, aceite de palma.
- Alerta con productos que indiquen que tienen grasas vegetales, si no lo especifican, en su mayoría son de aceite de palma.
- Y recuerda que lo más saludable para la Naturaleza y tu salud es no consumir productos que contengan nombres de ingredientes que seamos incapaces de leer.
- Exijamos claridad y transparencia, nuestro dinero mueve montañas.